Tipos de brújulas


Esencialmente todas las brújulas consisten en un imán al que se le permite girar libremente sobre su centro, para que se coloque paralelo a las líneas de fuerza magnética del campo terrestre e indique la dirección aproximada de los polos magnéticos.

Para identificar el extremo del imán o de una aguja que es realmente un pequeño imán, éste se pinta de forma distintiva, con pintura roja, pavonado en negro o con puntos fosforescentes verdes, para distinguirlo de noche en la oscuridad.


La aguja se encuentra dentro de una caja de material permeable al campo magnético, como aluminio, latón, plástico o bronce: la tapa de vidrio permite observar la aguja, sin que se caiga o sea afectada por el viento; en el fondo de la caja se pintan las divisiones del círculo y letras para identificar los puntos cardinales, formando lo que se conoce como limbo. Algunas brújulas aparentemente no tienen aguja, ya que todo el limbo gira, pero la aguja o imán está escondido bajo el limbo, y el limbo puede ser un circulo de plástico o aluminio.

Una buena brújula para orientación, tiene su limbo graduado por lo menos cada 2 grados, aunque un experto puede utilizar con igual resultado, una que tenga marcas sólo cada 5 grados.

La mayor diferencia de las brújulas para orientación es exterior y consiste en los dispositivos que se añaden a las mismas, para hacer más fácil su operación, para hacerlas más exactas y poder resolver ángulos más pequeños. Las brújulas con mirillas o alidadas son más precisas que las de caja tipo reloj; las de rejilla transparente y con cápsula sellada con liquido para frenar la aguja, son menos precisas que las de alidada, pero son más prácticas, por estabilizarse rápidamente y por poder usarse directamente sobre un mapa, las de espejo, son tan precisas como las de mirilla y más fáciles de leer.