Revista Supervivencia
Trucos y consejos para gente de acción.
Orientación por signos de la naturaleza
Si sabes interpretar la naturaleza, verás las marcas que deja el sol; por ejemplo, en la zonas templadas se puede observar que los árboles tienen más hojas del lado que les pega más el sol, o sea que tienen más hojas hacia el sur en la zona templada del hemisferio norte y más hojas hacia el norte en la zona templada en el hemisferio sur. En la zona tropical es menos notable ese efecto, porque el sol invierte su dirección durante el año y el crecimiento de los árboles es más rápido.
Este efecto es menos notable en la región cercana al ecuador naturalmente y se va haciendo notable, al alejarse del mismo.
Orientación por medio del Sol
Cuando no tienes a mano una brújula, existen formas de orientarse durante el día utilizando el sol.
En ocasiones no es necesario conocer el rumbo con mucha exactitud y para orientarse es suficiente identificar los puntos cardinales básicos. Desde la escuela primaria te enseñaron que si te colocas cara al norte, tendrás el sur a tu espalda, el oriente a tu derecha y el poniente a tu izquierda. Esto aparentemente es muy simple, pero en muchas ocasiones, cuando estás extraviado momentáneamente, puede ser la solución a tu problema.
Uso del mapa en combinación con la brújula
Habrá ocasiones en que tengas que ir a un campamento o de excursión a un lugar en donde nunca hayas estado. Si cuentas con un buen mapa o un esquema topográfico y una brújula, no te será difícil encontrar dicho lugar. Es aquí en donde tendrás que poner en práctica tu habilidad en el uso del mapa y la brújula, al mismo tiempo.
Al llegar al punto más cercano por carretera o ferrocarril, del lugar a donde vas, sacarás tu mapa topográfico y lo orientarás, para luego identificar las referencias notables del lugar. Para esto, recuerda que los mapas topográficos tienen el lado norte en la parte superior; sólo en el caso de que tenga otra referencia, ésta deberá estar marcada dentro del mismo.
Cómo caminar en línea recta
Muchas veces necesitas caminar en una dirección determinada en línea recta, para llegar a un lugar que no puedes ver, ya sea por que se interpone algún objeto más alto o por que estás dentro de un bosque; también sucede lo mismo en lugares donde no se puede ver alguna referencia lejana, como en un desierto o en un lugar con mucha niebla.
En estos casos se debe utilizar la brújula para tomar el rumbo y después utilizar una referencia cercana en dicho rumbo, a la que podamos ver y llegar hasta ella; cuando llegues a esta
referencia, vuelves a tomar el rumbo con la brújula y buscas una segunda referencia en esa dirección. Cuando llegas a la segunda referencia, repites el mismo procedimiento, pero además, podrás comprobar en algunos casos, viendo hacia atrás, que las dos referencias estén en línea recta, para mayor seguridad.
Tipos de brújulas
Esencialmente todas las brújulas consisten en un imán al que se le permite girar libremente sobre su centro, para que se coloque paralelo a las líneas de fuerza magnética del campo terrestre e indique la dirección aproximada de los polos magnéticos.
Para identificar el extremo del imán o de una aguja que es realmente un pequeño imán, éste se pinta de forma distintiva, con pintura roja, pavonado en negro o con puntos fosforescentes verdes, para distinguirlo de noche en la oscuridad.
La brújula
Mientras el hombre dispuso de referencias naturales o artificiales visibles, era difícil perderse. Cuando tenía que atravesar un lugar en el que no existían referencias, lo pensaba mucho y no siempre se aventuraba; tal era el caso de cruzar el mar, una selva espesa o un desierto, en los que era difícil establecer una ruta. Así fue hasta que se descubrió una referencia portátil, que no era afectada por el día o la noche, y que podía ser usada sin problema en lugares como los antes mencionados.
Esta referencia es la brújula, con la ventaja de que trabaja de noche y de día, con niebla, dentro de una selva espesa, dentro de cavernas o a mitad de un océano.
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